En algunos casos es la última solución, la más desesperada, en busca de lograr alguna prueba que capture a su pareja cometiendo la tan temida infidelidad. En otros es sencillamente la primera opción, con el propósito de apostar sobre seguro y no dejar rienda suelta a elucubraciones sobre posibles engaños. Son los detectives privados que, entre otras muchas funciones, ostentan la de ser ‘cazadores de infieles’.
Así son:
“Paciencia, sacrificio, habilidad y tesón”. Además son necesarias ciertas exigencias materiales como unas “buenas cámaras fotográficas y de vídeo y un buen vehículo” que facilite ejecutar su labor con la mayor diligencia posible. “Instrumentos de trabajo básicos”.
Modus operandis:
Los clientes que recuren a un detective privado para tratar de desenmascarar una infidelidad son de muy diversa índole, “aunque es verdad que hay más hombres que mujeres, en una proporción de 65% por 35%”. De forma casi única, la relación detective-contratante comienza con la típica sospecha «mi marido (o mi mujer) sé que tiene algo. A continuación, y una vez descritos todos los datos de interés sobre el objeto del trabajo como sus características físicas, trabajo, círculo social, amigos…, “se pone en marcha la investigación”. Las pruebas son concluyentes en la gran mayoría de los casos y “a veces salta la sorpresa. Durante la investigación, y conforme se va acercando el final, algunos clientes piden un informe muy detallado, otros quieren saber cómo ha transcurrido paso a paso, pero también hay muchos que se arrepienten a mitad de camino porque prefieren no enterarse de la infidelidad, haciendo justicia al refrán que nos advierteojos que no ven corazón que no siente”.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Hablar
¿Necesitas ayuda?
¡Bienvenido a Adexu!

¿Te podemos ayudar en algo?